Si bien el horizonte se percibe más alentador, la Organización Mundial de la Salud (OMS) reclamó que los más pobres del planeta no sean pisoteados por los más ricos en carrera por conseguir la tan anhelada vacuna, que aparece no muy lejana debido a la eficacia que están mostrando las pruebas de varias investigaciones.
Con los últimos resultados prometedores de los ensayos en fase final de vacunas candidatas, "la luz al final del túnel brilla ahora más fuerte", declaró el director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus.
De todos modos, insistió en que el mundo debe asegurar que serán distribuidas en todas partes de manera justa al vislumbrar la existencia de riesgo real de que los más pobres y vulnerables sean una vez más marginados.
Para evitar que los países más ricos compren todas las dosis de las vacunas, que en los primeros meses estarán disponibles en cantidades limitadas, la OMS puso en marcha un mecanismo llamado ACT-Accelerator, que debe permitir distribuir de manera justa los inmunizantes y otros posibles tratamientos.
"Para ello se necesitan U$S 4.300 millones inmediatamente", avisó Tedros, quien pronosticó que el año que viene se necesitarán otros U$S 23.800 millones.
La asociación británica AstraZeneca/Oxford publicó hoy resultados preliminares de su vacuna, que está en fase 3 de ensayos en humanos y mostró una eficacia comprendida entre el 70% y el 90%, en función de la manera en la que sea administrada.
Antes, la unión estadounidense-alemana Pfizer/BioNTech y la norteamericanca Moderna, habían anunciado que sus vacunas tienen una eficacia del 95%, siempre de acuerdo a ensayos preliminares.
La ventaja de la vacuna AstraZeneca/Oxford es que se conserva a temperaturas de pocos grados, mientras que las otras dos necesitan mantenerse a temperaturas extremandamente bajas.
Rusia y China también están realizando ensayos con cada una de las vacunas desarrolladas nacionalmente.
Los dirigentes de la cumbre G20 realizada en Arabia Saudita prometieron el domingo no retroceder ante ningún esfuerzo para garantizar un acceso igualitario a las inyecciones, una voluntad que puso en duda la Canciller de Alemania, Angela Merkel, preocupada por la lentitud en los avances en la materia.
En paralelo, la OMS pidió tanto a los Gobiernos como a los ciudadanos ser responsables a la hora de permitir o asistir a reuniones familiares de cara a las festividades de Navidad y Año Nuevo.
El próximo jueves 26 será un día crucial en Estados Unidos para determinar el comportamiento de la población más afectada por el patógeno, ya que se celebrará el emblemático Día de Acción de Gracias, que suele convocar reuniones masivas, familiares y de todo tipo.
Pese al llamado de las autoridades a quedarse en casa, muchos estadounidenses atestaron aeropuertos y se hicieron masivos testeos, a riesgo de agravar el dramático cuadro que azota a la primera potencia mundial sin miras por ahora de detenerse.
Los Centros de Control y Prevención de las Enfermedades (CDC) llamaron por primera vez a los estadounidenses a no viajar para esta gran fiesta, mientras el país registra el mayor índice de muertes con más de 256.000 decesos y desde hace varios días suman a diario 150.000 nuevos casos.
Entretanto, el primer ministro del Reino Unido, Boris Johnson, anunció su plan para desmantelar el segundo confinamiento, cuyo epílogo esta previsto para el 2 del mes que viene, pero al mismo tiempo anunció otra batería de restricciones regionales y un programa masivo de testeos en otro intento para frenar la expansión del desconcertante virus.
Los estadios de futbol podrán volver a recibir hasta un máximo de 4.000 espectadores y pubs, bares y restaurantes tendrán una hora más de actividad, hasta las 23.
Todo esto tiene como objetivo primordial permitir que durante unos días en torno a las navidades y al Año Nuevo las restricciones puedan relajarse para que las familias se vean, aunque con prudencia.
Las cuatro naciones que forman el país -Inglaterra, Escocia, Gales e Irlanda del Norte- buscan coordinar sus políticas para que las familias puedan viajar en ese periodo festivo.
El desconfinamiento irá además acompañado de un programa de detección rápida y masiva de la población en las zonas de alerta muy alta, siguiendo el ejemplo de un experimento llevado a cabo en Liverpool, en el noroeste de Inglaterra.
Italia superó hoy los 50.000 decesos y el Gobierno estudia cerrar los centros de esquí durante la próxima temporada de invierno para impedir la propagación de la enfermedad, como hicieron las discotecas en verano y evitar así una tercera ola a inicios de 2021.
La iniciativa podría mantener cerrados los centros de nieve y esquí hasta enero, cuando se espera que lleguen las primeras dosis de la vacuna Pfizer.
Sin embargo, gobernadores de las distintas regiones del país pidieron que no se comprometa la temporada de esquí.
El Ministerio de Salud informó hoy de 22.930 casos, el dato más bajo desde el 2 de noviembre, con una tasa de positividad que mide la cantidad de casos cada 100 prebas del 15%, en línea con los números del fin de semana.
El 41% de los fallecimientos se concentra en la región norteña de Lombardía, principal motor económico del país, que aporta casi un cuarto del Producto Bruto Interno.
Durante el verano, las reaperturas de centros de ocio y fronteras internas y externas tras tres meses de cuarentena sentaron las bases para un rebrote, por el que los contagios diarios se multiplicaron por 10 entre el inicio y el final de octubre. (Télam)